Dedícate a Servir a Dios
Dedícate a Servir a Dios
Siempre ha habido una pregunta que me acompaña a cada momento en mi diario caminar, y es la siguiente: ¿a qué te dedicas? Cada vez que esta pregunta pasa por mi mente, procuro que sea a diario, siento que me enfoco en lo que debo realizar día a día; esta pregunta hace que yo pueda concretar aquello que Dios ha puesto en mi corazón para que realice.
La dedicación es un tema que es de mucha importancia en cualquier área de nuestras vidas, ya que esta es la cantidad de esfuerzo que yo imparto en una actividad que realizo. La Biblia nos dice “Cuando Silas y Timoteo vinieron a Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo” (Hec 18:5). Si alguien preguntara: ¿a qué se dedica Pablo?, podríamos responder con toda seguridad que su dedicación era predicar a Cristo. No quiere decir esto que él no realizaba ninguna otra cosa en absoluto, ya que cuando estudiamos su vida, y específicamente este momento en el cual él estaba predicando en Corinto, nos damos cuenta de que él también dedicaba tiempo en trabajar fabricando tiendas en compañía de Aquila y Priscila (Hec 18:2-3). Pero esto nos permite ver que su principal función era la predicación de la palabra de Dios.
Podemos ver también el ejemplo de los apóstoles en general cuando se escogieron a los primeros diáconos de la iglesia. Había un problema en la iglesia, y era que los judíos griegos comenzaron a murmurar contra los judíos hebreos respecto a que sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria, así que, se necesitaba buscar una solución a este problema; pero cuando miramos el texto más de cerca nos damos cuenta de que existía un problema mucho mayor, y este era que los apóstoles estaban descuidando la predicación por servir a las mesas; no es que el servir a las mesas no fuera importante, sino que había algo que suponía una mayor importancia para ellos. Así que, debían buscar personas llenas del Espíritu Santo para que sirvieran a las mesas, mientras ellos “Persistirían en la oración y el ministerio de la palabra” (Hec 6:3-4). Vemos que el servir a las mesas era tan importante que aquellos que iban a elegir debían ser hombres llenos del Espíritu Santo para que realizaran este trabajo que requería de mucha sabiduría, para que no hubiese más problemas entre los hermanos; pero la prioridad a la que habían sido llamados y a lo que debían dedicarse los apóstoles era a la oración y a la predicación.
Cuando tú te encuentras con varias cosas que debes realizar, debes pregúntate: ¿cuál es la prioridad para la cual Dios me ha llamado? El servicio a Dios es muy amplio y de seguro tú que estás leyendo este artículo has sido llamado por Dios a prestar algún servicio para su gloria; lo que debes saber en este momento es cuál es ese servicio al que has sido llamado, y la importancia de dedicarte a eso en particular (puede que tengas muchas cosas que hacer a diario en tu vida, pero no puedes descuidar ese llamado que Dios te ha hecho).
“De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría” (Ro 12:7-8).
Si sacas un tiempo para estudiar esto de los dones, podrás descubrir que Dios a todos nos ha dado un don o capacidad en la cual debemos servir a él con dedicación.
No es bueno cuando un joven no logra entender que Dios le ha dado una capacidad para servir a él en su obra; mucho menos cuando un joven que, viendo la capacidad que Dios le ha dado, no se dedica a perfeccionar esa capacidad.
El mejor don que existe en la iglesia es el que Dios te ha dado a ti, y es el mejor don solamente en el área que Dios quiere utilizarlo. Cuando hay un enfermo, el mejor don es el de la sanidad; pero cuando hay un perdido, el mejor don es el del evangelista. Podríamos dar muchos otros ejemplos, pero lo importante es que tú entiendas que tu don es necesario de acuerdo a la necesidad; Dios puede usar tu don para que suplas dicha necesidad. También debemos entender que el mejor don es aquel que, por medio de la dedicación, se llega a perfeccionar; si Dios te ha dado un don para la música, pero no te dedicas en esa área, tu don se va a ver opaco y de poca utilidad; pero cuando tienes un don de parte de Dios y te dedicas a él, este don va a ser de mucha utilidad.
Pablo le dice a Timoteo que: “Ninguno debía tener en poco que él fuera un joven”, esto se daría solo si él se dedicaba a ser de ejemplo a los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza; y si a la vez él no era descuidado con el don que Dios había puesto en él; así que, Timoteo debía dedicarse también a la lectura, la exhortación y la enseñanza. Si él lograba hacer esto, su aprovechamiento sería manifiesto a todos; es decir, que todos se darían cuenta que él era dedicado en estas áreas de su vida, y esto haría que no fuera tenido en poco (Tim 4:12-15).
Termino este corto pensamiento con algo que leí esta semana sobre Wolfgang Mozart, quien a la edad de tres años comenzó a recibir clases de piano con su padre. Este era muy atento en sus clases y a la edad de cinco años ya era capaz de componer melodías en el piano. Él murió en 1791 con tan solo 35 años de edad, pero llegó a ser de los músicos más reconocidos de su tiempo. ¿A qué se debía esto? ¿Era él mucho más capaz que cualquiera? No, la historia nos dice que sus padres cada noche tenían que ir y quitarlo del piano para que él pudiera ir a la cama a dormir (era solo un niño de cinco años). Creo que fue la dedicación combinada con su pasión por la música la que le permitieron marcar la diferencia.
Joven que lees estas cortas líneas: ¿a qué te dedicas? ¿Cuál es tu pasión? ¿Por qué no dedicas tu vida al servicio de Dios?
COMENTARIOS
DEJAR UN COMENTARIO
Nosotros
Somos la Iglesia Pentecostal Unida Latinoamericana de República Dominicana.
Iglesia que fundamenta sus bases en los principios bíblicos “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”
Efesios 2:20-22
CATEGORÍAS