Hay una verdad hermosa que amo recordar, “Dios nos creó y nos conoce mejor que nosotros mismos”. 

Sí, Él te conoce como nadie jamás podrá llegar a conocerte, sabe lo que sientes, lo que piensas, lo que anhelas, lo que amas, lo que te disgusta, lo que quieres y también lo que más te conviene (Podemos ver cómo David lo expresa en el Salmos 139).

¡Qué dicha saber que Dios que es tan bueno y tan poderoso conoce todo sobre mí y sabe exactamente lo que necesito! Entonces, ¿por qué simplemente no le pido que haga lo que es mejor para mí y me siento a esperar que todo se vuelva color de rosas? Bueno, te cuento que nuestro maravilloso Dios al crearnos nos otorgó la libertad de escoger el rumbo de nuestras vidas, nos dio voluntad y Él, en su perfecto amor, respeta dicha voluntad, así que no toma decisiones por nosotros.

Él nos instruye con paciencia y muchísimo amor sobre cuál es el camino correcto y cuál es su voluntad para nosotros. Nos presenta las alternativas que tenemos y las consecuencias de cada alternativa, ya sean para vida o para muerte, y entonces está en nuestras manos decidir (Deuteronomio 30:19-20).

Cuando usamos nuestra libertad para escoger lo que Dios, que nos conoce y ama, nos aconseja hacer, entonces sí podemos esperar, confiamos y recibiremos, sin lugar a dudas, bendición y vida eterna, porque cuando con nuestra voluntad hacemos la voluntad de Dios entonces recibimos todo lo agradable y perfecto.

Aún cuando encuentres en tu camino momentos difíciles, retos que pareciera que no puedes enfrentar, tranquilo/a, no estás solo/a, contigo va el más grande, ese que prometió que a los que le aman todas las cosas le ayudarán a bien (Romanos 8:28).

Tú que le amas y le demuestras ese amor usando tu voluntad para hacer su voluntad, tú que te esfuerzas cada día por conocer y cumplir su palabra, espera en Él confiado, no vayas a desmayar y no se te ocurra alejarte de su voluntad ni por desesperación ni por cansancio, ten calma que Él siempre llega justo a tiempo. No el tiempo que tú crees que es el adecuado, sino en el tiempo que Él sabe que es el perfecto.

Sé que a veces puede ser difícil esperar en Él porque nuestra mente finita no puede comprender los planes del Dios eterno, pero si te desesperas y te alejas de su voluntad tomando decisiones que van en contra de lo que Él nos ha enseñado, entonces voluntariamente te estarás alejando de las bendiciones, de la luz, de lo perfecto, de la vida, porque Dios es la vida y fuera de él y de su voluntad no encontraremos nada de lo que Él es.

Te invito a usar tu voluntad para conocer, amar y vivir la voluntad de Dios que es agradable y perfecta, y esperar confiado de que cumplirá sus hermosas promesas que son parte de su perfecta voluntad.